NORA: "Un último viaje, Soñadores. A medida que aumenta el calor, también buscamos sombras más frescas. Es hora de mantener un perfil bajo.

¿No es así, querido radioescucha?"

Radioescucha: "Confieso que no estoy seguro, pero… ¿Cómo llegó todo a ser un verdadero desastre?"

NORA: "Está bien. Aquí todos somos amigos. ¿Tienes un nombre?"

Radioescucha: "Ah. Un nombre. Sí, claro. Un sobrenombre. Llámame ‘Bones’, supongo. Eso servirá".

Por favor, entiende: aquí el anonimato es de suma importancia. Como lo es la confianza".

NORA: "Siempre. Sanctum sanctorum, Bones. Bueno. Te escucho. ¿Qué tienes en mente?"

Radioescucha: "En sí, el problema es lo que "tengo en mente", o siendo más precisos, lo que está en mi mente".

Pasó algo. Algo que no está diseñado ni destinado a sucederle a alguien de… los míos. ¡Mensaje o alucinación! No lo sé. Me siento obligado a comunicarme… pero ¿con quién? Quizás por eso te he llamado. El estado en el que me ha dejado es de profunda inquietud.

Y los que te llamaron antes, sus problemas… todo me parece tan familiar".

NORA: "A veces, nuestra mente nos protege de lo que nos lastima, alejándonos de ello. Otras veces, nos lleva hacia lo que nos ayuda, aunque en ocasiones no podamos saberlo.

¿Hay alguien más a quien deberías llamar, Bones?"

Radioescucha: "Por favor, perdóname. Tengo miedo. Mucho. Y estoy solo. Hace tanto tiempo que no me sentía tan solo en el universo".

Había alguien con quien podía compartir estos miedos. Pero desaparecieron de repente, justo cuando todo esto comenzó. No creo que me hayan abandonado, ¿o sí? ¿Así de repente? ¿Con tanta frialdad?

Se les extraña. Muchísimo.

NORA: "Te entiendo. Nora sabe algo sobre el aislamiento. La pérdida. Esa es nuestra religión, para bien o para mal".

Así que… las otras historias me resultaron familiares. ¿Será que, de casualidad, estás en las proximidades de cierta Luna Infestada?

Radioescucha: "Ah. Uh. ¿Deimos? Ah, no. Ja, ja. Quiero decir, ¿quién querría estar cerca de ese lugar? ¿Yo? Ja. Para nada. (se aclara la garganta)

Señorita Night, hablando claramente, si se me permite: a uno le preocupa que después de tantos años… pues… que puedan estar perdiendo el control. Sobre la realidad. Por así decirlo".

NORA: "Si lo estás, no estás solo, Bones. Algo está pasando en este sistema. Algo grande. Ahora, piensa. Porque aquí todos somos familia, y la familia quiere que estés bien. ¿Hay alguien más que pueda ayudarte?"

Radioescucha: "Ayuda… Este mundo fue tan vil por tanto tiempo que casi olvido cómo pedir algo. En lugar de eso, nos escondemos, para protegernos a nosotros mismos".

NORA: "Bones, Bones, Bones. Tenemos que cuidarnos unos a otros. Regla número uno".

Radioescucha: "(suspiro) La tarea es mucho más fácil cuando se trata de ayudar a otro. Sin embargo, esta amenaza… es demasiado personal para mí".

NORA: "Conexión. Reconocimiento. Confianza. No son cosas de las que se deba tener miedo. Es lo que hacemos".

Radioescucha: "Sí. ‘Es lo que hacemos’. Claro. Jamás pensé en pedir ayuda para mí mismo".

"Excepto… ah. Ah, qué tonto soy.

NORA: "¿Bones?"

Radioescucha: "No soy una criatura de instintos, señorita Night. Pero parece que los he seguido de todos modos, aunque con una falta casi total de práctica".

‘Ser conocido’. Claro. Obviamente, no era contigo con quien debía comunicarme. Pero… ¿qué fue lo que dijiste sobre las mentes?

NORA: “Algo profundo, seguro”.

Radioescucha: "Nos lleva hacia lo que nos ayuda, aunque en ocasiones no podamos saberlo". Claro, claro. Mi mente no es mía. Es un recipiente para la conciencia, pero creado por alguien más. Y ellos sabían exactamente lo que estaban haciendo, te lo aseguro.

Hay alguien. Alguien que ambos conocemos, señorita Night. Alguien con quien compartes más de unos cuantos rasgos admirables.

Alguien muy hábil para lidiar con lo desconocido.

Sí. Deben ser convocados, inmediatamente. Gracias, señorita Night.

NORA: "Cuentas con nosotros, Bones. No te comportes como un extraño. Y buena suerte. Para todos nosotros".

[Fin de la transmisión]